16 octubre 2015

Reflexiones sobre el lavado de manos y su Día Mundial

Por Humberto Acciarressi

Juro que lo ignoraba, pero desde hace casi una década, el 15 de octubre es el Día Internacional del Lavado de Manos. Admito que una práctica que evita miles de muertes por meningitis, bronquitis, diarreas infecciosas y hepatitis "A" entre otros males, no debería ser tomada en broma. Y frente a esto aclaro que para la Organización Mundial de la Salud, la cosa es muy sencilla: el personal de salud debe lavarse las manos con agua y jabón antibacterial en seis ocasiones que no hace falta mencionar porque médicos y enfermeros las conocen. Cualquier persona, si está en contacto con pacientes, también debe hacerlo en las mismas circunstancias. Estas incluyen el antes y después de realizar una tarea aséptica, luego de la exposición a sangre u otros líquidos corporales, etc. Pero con respecto a este asunto, consultá a tu médico. Y aunque no hace falta aclararlo, yo no lo soy.

Pero claro, ante tamaña celebración, la gente se encuentra en la obligación de decir, escribir o difundir algo. Y es entonces cuando uno se topa con cosas que dan risa. De acuerdo a lo que se admite, uno de los logros más importantes que ha tenido este día desde que se instauró en 2008 es haber logrado que, en 2011, 740.870 personas de la Argentina, Perú y México hayan entrado al Libro Guinness por lavarse las manos al mismo tiempo. Admitamos que en un planeta poblado de zonas desérticas y otras infinitas en las que los pobladores no tienen ni agua potable, romper un récord no es demasiado. Por allí leí que en cada centímetro cúbico hay más de tres mil gérmenes. Esa sí es una cifra a considerar, especialmente si no querés vivir tranquilo nunca más. Y aquí entran a tallar los médicos. Leí varios informes y te aseguro que no se ponen de acuerdo ni siquiera en lo que tiene que durar un lavado de manos. Unos dicen 20 segundos; otros argumentan que hay virus que pueden sobrevivir 20 minutos en las manos.

Algunas explicaciones de cómo lavarse causan gracia. Aquí te describo una. Abrir la canilla (esto es fundamental, decimos nosotros) y mojarse las manos. Enjabonarse palmas, dorso, entre los dedos y las muñecas. Enjuagarse las manos. Secarse con una toalla. Y, para calcular el tiempo de esta operación higiénica...¡¡¡ mientras cantar el Feliz Cumpleaños, que insume los mismos segundos !!! De sólo imaginarme no una, sino las centenares de veces que uno y quienes lo rodean se lavan las manos, sospecho que la canción célebre pasaría a convertirse en uno de los círculos infernales. Además de bizarro, añado. No puedo dejar de pensar en un médico al que se le acaba de morír un paciente en el quirófano, cantando el Happy Birthday mientras se higieniza. Además hay que tener en cuenta a quienes sostienen que hay que lavarse las manos entre seis y diez veces al día. Si estos coinciden con los que aconsejan un lavado de 20 minutos, nos da casi 3 horas y media por jornada. Un delirio muy higiénico, pero un delirio al fin. Y si me disculpás te dejo: me voy a llenar de jabón las manos mientras canto el Feliz Cumpleaños, ya que el teclado de mi ordenador tiene 60 veces más bacterias que un inodoro. Por lo menos es lo que asegura la ciencia.

(Esta columna fue publicada en el diario La Razón y también podés leerla acá)