27 febrero 2015

Bob Marley y la necesidad de poner las cosas en claro


Por Humberto Acciarressi

Desde el punto de vista ideológico, sus ideas dejaban bastante que desear. Para el gusto de quien esto escribe, demasiado imbuídas de religión, sincretismos varios, y más vinculadas con teocracias que con sistemas de gobierno democráticos. Claro que Bob Marley es recordado por su música, aunque en su caso -a diferencia de otros- tiene una influencia notable en su Jamaica natal como en Etipopía y otros países. El artista nació el 6 de febrero de 1945 como Robert Nesta Marley Booker en una minúscula población de la isla. Hijo de un jamaiquino con ascendencia inglesa, comenzó su carrera en la música de adolescente, hasta llegar a ser el más grande difusor del reggae de la historia. El creador de temas como “I shot the sheriff”, “No woman, no cry”, “Jamming”, “One love”, “Is this love” y “Redemption song”,anduvo entre Jamaica e Inglaterra, grabó discos, recibió la medalla de la Paz de las Naciones Unidas y cuando apenas contaba con 36 años falleció de un cáncer cerebral en Miami. El álbum “Legend”, editado póstumamente en 1984, es una recopilación de sus grandes éxitos y es el disco de reggae más vendido de todos los tiempos.

Bob Marley trascendió generaciones y clases con su lirismo místico, su carisma, su calidez y un discurso desafiante y comprometido que lo convirtió en un artista atemporal y universal. Pero hay otras cosas a considerar. Por ejemplo, que sin la música de Bob Marley, como señalamos más arriba, muy pocas personas en el mundo sabrían que existe algo llamado rastafarismo. Es, evidentemente, un notorio triunfo del arte. Pero, ¿qué es ese sincretismo religioso que está presente en cada una de las canciones de Bob Marley y que tiene como ícono el león coronado que lleva la bandera verde, amarilla y roja de Etiopía? El movimiento rasta es una mezcla de la Biblia con el concepto judío de pueblo elegido, cuyos acólitos creen en el emperador etíope Haile Selassie como un Dios encarnado, para ellos el demiurgo negro mencionado en el Apocalipsis, descendiente de Salomón y la reina de Saba. Sin ánimo de ofender, una ensalada religiosa.

En la propia Jamaica, el profeta del rastafarismo es Marcus Garvey, personaje original si los hay. Nació en 1887, se casó dos veces, fue miembro activo de la iglesia metodista, sindicalista, defensor de los derechos de los negros, fundador de diarios, viajero, creador de partidos políticos, fue preso acusado de vender un…¡barco!…que no era suyo, fue elegido concejal y expulsado del cuerpo legislativo porque no asistía a las reuniones ya que estaba en la cárcel. Garvey fue un verdadero trotamundo que murió en 1940 en Inglaterra y sus restos recibidos más tarde en Jamaica como los de un héroe nacional. Se lo considera el profeta rasta, por cuanto se dice que anunció que había que mirar al Africa y esperar la coronación de un negro, en este caso Haile Selassie. Si el rastafarismo tiene su dios y su profeta, Bob Marley es su Homero. Es curioso que el poeta más popular del rasta sea quien, en su infancia, recibía las burlas de los chicos negros por su condición de mulato, ya que era hijo de una afrojamaiquina y un blanco de ascendencia inglesa. Caprichos de la historia.

(Esta columna fue publicada en el diario La Razón y también podés leerla acá)