22 mayo 2014

Fernández 4 y "No Fear", un disco de colección

Por Humberto Acciarressi

No todos los días uno se topa con un disco del que puede decir que es brillante. Eso es lo que se debe informar, antes que nada, sobre el que lleva por título "No Fear", el primero del grupo Fernández 4, del pianista y compositor Cirilo Fernández - ilustre egresado de la Berklee con doble licenciatura en Jazz Composition y Film Scoring -, a quien acompañan Nicolás Sorin en voces y teclados, Mariano Sívori en contrabajo y Daniel "Pipi" Piazzolla en la batería. Como se observa, un lujoso seleccionado de cuatro. Con la impronta inevitable del jazz, el disco va del rock al soul y al pop, del funk al electro-dance, e incluso hay momentos en que le hace unos gar, no casualmente, a una música accesible y alegre.

Cirilo Fernández, quien tuvo a su cargo las composiciones y la dirección musical, tuvo una crianza a la que también se aplica la variedad cosmopolita: pasó sus años de formación entre Berna, Buenos Aires, Boston y Los Angeles. El músico que ingresó en la Berklee, ya venia con estudios previos de piano-jazz con el maestro Santiago Giacobbe. Con el correr del pentagrama, Fernández participó de festivales nacionales e internacionales, sólo o con diferentes formaciones, entre las que se cuentan Octafonic, Ensamble Real Book, Boris Big Band, Nicolás Sorín Octeto, Mariano Sívori Sexteto y varios etcéteras. Su eclecticismo, además, lo llevó de componer música para películas y comerciales, a trabajar con Miguel Bosé (especialmente en el disco "Cardio" del cantante panameño-español), o a practicar surf o skate con verdadera devoción de fanático.

En charla con Fernández, él mismo se encarga de hablar de sus composiciones. De "Hack or Shack" nos informa que en la jerga del surf significa "cara o ceca", y que se basa en una métrica irregular de dos ritmos superpuestos que generan un groove, que curiosamente es bailable. Nos habla, también, del hip-hopero "Dane", inspirado en Jamiroquai, Stevie Wonder y Michael Jackson. "Brion", por su lado, es una re-versión del tema que se grabó en "Triathlon", el disco anterior de Fernández-Piazzolla-Síguiños al rap. La complejidad de estos grandes artistas da luvori. "Tag", por su lado, es una expresión musical que indica la repetición a voluntad de los últimos compases de una obra musical. Así llegamos al tema que da nombre al disco, "No Fear", referido al aprendizaje de "No Temer". "Una cancioncita playera, musicalmente alegre pero que en la letra habla de lo solos que estamos", expresa en referencia a "Anyone". Y así prosigue con "Contineous Rerun", un loop hipnótico; y luego con "64", inspirada en los paisajes de la costa del país vasco-francés; "Odalchiz", de NicoSorin; "Base", un tour de force dedicado a la base rítmica de cualquier grupo musical, donde la "melodía" la lleva la sección rítmica. Finalmente, el disco nos lleva al "universo como secuencia aleatoria de eventos sin sentido" en "Anfang"; a un homenaje al hijo del músico ("Ende"); y a dos temas en trío: "No hay 2 sin 3" y "Kua Nalu" (en hawaiano -aclara Fernández- significa “Ola a punto de romper”).

En otro orden de cosas nos manifiesta sobre su condición de músico y la forma de relacionarse con su arte: "“No soy un tipo que esté diez horas estudiando a Coltrane para improvisar en ese estilo. Respeto a quienes lo hacen, me gustaría tener esa capacidad, pero soy más inquieto. Me gusta más componer y jugar. A veces el jazz se puede poner muy cerrado. Nosotros tratamos de abrirlo". Y añade en referencia al por qué las canciones están interpretadas en inglés: "Hacemos las letras con Nico. Él es súper creativo y también aporta mucho en las melodías. No sé porqué nos salen en inglés. Quizás influya que vivimos mucho tiempo en Estados Unidos. Buscamos que las letras funcionen como un instrumento. No hay un concepto filosófico detrás. Es mucho más difícil rimar en castellano. Sé que Spinetta me cortaría el cuello por esto, pero lo sentimos así". Y cierra refiriéndose a su paso por la Berklee: "Estudié y aprendí mucho. Toqué con gente muy talentosa. Pero también me di cuenta que los gringos suelen tener un nivel enorme como intérpretes, pero son muy esquemáticos como compositores. Los argentinos somos menos conflictuados y me parece que más creativos. Hay que apostar por ese lado". Debemos concluir que la apuesta, a Fernández 4, le va saliendo muy bien.

(Esta columna fue publicada en el diario La Razón y también podés leerla acá)