15 noviembre 2013

El Teatro San Martín y un anuncio muy esperado


Por Humberto Acciarressi

El gobierno porteño acaba de anunciar, para el año próximo aunque las obras comenzarán el 15 de diciembre, la remodelación del teatro San Martín, en rigor el Complejo San Martín, uno de los íconos de la cultura ciudadana desde que abrió sus puertas -tal cual lo conocemos- a comienzos de la década del sesenta. Esta era una medida que venía siendo reclamada por actores, talleristas, trabajadores, público y directores de este universo cultural de características únicas en Latinoamérica, cuyo deterioro es muy visible en varios lugares. Bienvenida, entonces, la iniciativa. Y, ya que estamos, no viene mal hacer un poco de una historia que no todos conocen. 

Allá por 1908, el primer diputado socialista de América, Alfredo Palacios, intentó vanamente que se construyera un teatro con estas características. En su proyecto se leía que esto era necesario "para que los vecinos de Buenos Aires gocen de la posibilidad de contar con un teatro con fines no comerciales, sino de educación y esparcimiento". Incluso el intendente Joaquín de Anchorena hizo oídos sordos a la sanción del entonces Concejo Deliberante, que ordenaba la creación del Teatro Popular de la Ciudad de Buenos Aires. 

De salto en salto, en 1936 se expropió el ya legendario Teatro Nuevo (luego Teatro Corrientes) ubicado en Corrientes 1530 y fundado en 1911, y se lo dio en concesión a Leónidas Barletta, de cuya obra y su labor por la escena teatral argentina ya hablaremos en otra columna. El golpe del 43 dejó sin efecto esa medida y en el mismo sitio comenzó a funcionar el Teatro Municipal de Buenos Aires, que recién fue bautizado como Teatro General San Martín en 1950, por el centenario de la muerte del Libertador. Proyectado el edificio que hoy conocemos casi a finales del segundo gobierno de Perón, fue inaugurado cinco años después de su derrocamiento, en 1960, al cumplirse el sesquicentenario de la Revolución de Mayo. También se levantó un par de años más tarde el Centro Cultural San Martín, sobre la calle Sarmiento, y un pasaje unió ambos complejos para transformarlo en uno de los emblemas más importantes del mundo en materia cultural. 

En sus salas teatrales ("Martín Coronado", "Casacuberta" y "Cunill Cabanellas") y de cine (la emblemática "Leopoldo Lugones"), generaciones de espectadores han visto lo mejor del teatro y el cine, nacional y extranjero, de todas las épocas. Y esto sin contar las salas destinadas a exposiciones, talleres, etc, y que por sus 30 mil metros cuadrados pasan anualmente más de un millón de espectadores. Y hace rato dejó de ser cita obligada de la noche porteña, para transformarse en un ámbito para todas las horas del día. Nadie podrá, entonces, hacer otra cosa que festejar este anuncio.

(Publicado en el diario La Razón, de Buenos Aires)

SALA CASACUBERTA

SALA CUNILL CABANELLAS

SALA MARTIN CORONADO