01 agosto 2012

Paul McCartney canta gratis y un triste contraste



Por Humberto Acciarressi

¿Cuál fue el más grande de los grupos de rock del planeta? La pregunta no es engañosa ni arbitraria, y por eso habrá que elegir -según los gustos- entre los Beatles y los Rolling Stones. Pero tengamos en cuenta que por varios motivos, Jagger y los suyos reconocen siempre que sin los de Liverpool no hubieran sido lo que son. Muertos Lennon y Harrison, McCartney y Ringo son las últimas leyendas de aquellos años de oro. Y también por peso, Paul es un mito viviente. Abundar en lo que representa para la música sería faltarte el respeto.

Bueno. Acá vamos a la segunda parte de esta historia. El autor de "Let it Be", que cantó en la presentación de los Juegos Olímpicos, cobró simbólicamente apenas una libra, el equivalente a 7 pesos argentinos. Vamos de nuevo. El ex Beatle, la leyenda del rock, el coautor con Lennon de centenares de temas que han sido cantados y reversionados hasta el hartazgo, cantó en el acontecimiento deportivo más importante del momento, allí donde van los atletas más consumados del mundo, seguidos por cuatro mil millones de televidentes. Y apenas cobró lo que acá no alcanza para una gaseosa en un boliche de mala muerte. Algo así como el que recibe simbólicamente en Mercado Libre un peso por un perro, ya que lo que quiere es donarlo. Añadimos que otros artistas se ofrecieron a participar en forma gratuita, y todos lo hicieron por esa cifra. A diferencia de otros, siempre hay gente mal pensada, Paul no necesita la promoción de los Juegos.

En la Argentina, en tanto, Fito Páez cobró medio millón de pesos por cantar en su Rosario natal en el Día de la Bandera; La Mancha de Rolando por acompañar la campaña del vicepresidente Boudou se alzó fortunas; Vicentico embolsó $436.618 por cantar 26 minutos en un acto por los Derechos Humanos; y siguen los nombres. Adriana Varela, León Gieco, Teresa Parodi, la lista es larga. El ex Beatle Paul canta gratis; acá se matan por un contrato millonario con el estado. La diferencia entre lo que está bien y lo malo, evidentemente no es poca.

(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)


#Juegos Olímpicos Londres 2012