28 abril 2012

Echá los fideos que estamos todos

Por Humberto Acciarressi

Yo ya sabía que la cantidad de gente que viaja en el 98 es demasiada. A ojo de buen cubero, el doble que el año pasado. Y los que caminan por la vereda van más apretados que nunca. Ahora, nada menos que la Royal Society me viene a dar la razón. La población mundial crece en forma alarmante: en 1950 eran 3.000 millones y en el 2007 el número trepó a 7.000 millones. Sumale unos cuantos más en el último lustro, calculá que en el 2.050 seremos 10 mil ones y respirá en una bolsa para combatir el pánico.

Frente a esto-y dado que esta columna es un servicio a los lectores- te vamos a dar algunos consejos, especialmente si sufrís enoclofobia o "temor a las multitudes". Encerrarte es un búnker no sirve, ya que de lo que se trata es adaptarse a los nuevos tiempos. Cuando te despiertes a la mañana y encuentres en tu cocina a veinte desconocidos tomando el desayuno, no desesperes. Inspirá hondo, servite el tuyo y sacá algún tema de conversación. Nunca te abalances sobre el último pedazo de pan.

Algunos recomiendan escuchar música suave en auriculares, pero se corre el peligro de ofender a los que se metieron en tu cocina. Los más apocalípticos dicen que, como sucede en los escalones más bajos del reino animal (sector al que pertenecen muchos humanos), lo más probable es que después de desayunar te peguen un tiro no sin antes violarte. Nosotros no suscribimos esa creencia. La experiencia indica que la gente aguanta más de lo que parece. Mirá los andenes de las terminales de trenes en hora pico.

Otro asunto es que los recursos de la Tierra son más limitados de lo que se sospecha. Acopiar chocolate, gaseosas y algunas botellas de Chandón es una solución a muy corto plazo. El consejo pertinente es que comiences a juntar agua para regar la huertita del jardín. Esta columna continuará, pero hay un detalle que no podés obviar. Comprá algunas latas de pintura amarilla, ya que de esos millones de personas, la mayoría será china. Y cuanto menos desentones, mejor.

(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)