03 octubre 2011

Preguntale a Twitter si sos feliz




Por Humberto Acciarressi

¿Qué es la felicidad?, ¿existe algo así como "ser feliz"?, ¿no se trata sólo de lapsos que aparecen en diferentes momentos según de quién se trate? La filosofía se lo pregunta desde los tiempos presocráticos. Pero había que esperar a la llegada de Twitter para conocer la verdad. Claro que no dicen qué es la felicidad, pero se aclara que es algo que ocurre por las mañanas. Como orinar. Para eso, los expertos analizaron durante dos años a 2,4 millones de tipos y 509 millones de tweets.
De dicha investigación se llegó a la conclusión que la gente es "feliz" al comienzo del día, tiende a bajonearse con el laburo, sigue así durante el día, tiene unos destellos de "felicidad" al caer la noche, y más tarde pinta la depresión (expresada por sentimientos de angustia, miedo, ira, culpa y disgusto). Trato de buscarle la vuelta y realmente no encuentro demasiadas novedades y hasta envidio a quienes cobraron mucha plata para hacer ese estudio. La novedad hubiera sido que la gente estuviera más feliz mientras trabaja. Un absurdo total.

En cuanto a los sentimientos de depresión, cualquier estudiante de psicología de primer año lo habría expresado mejor. Es más, si no sabés esas cosas ni entrás en la carrera. Hasta tu mascota las sabe e incluso las padece. Hay sin embargo un dato muy interesante en el estudio realizado por la Universidad de Cornell, en el norte de Nueva York. Los investigadores no pudieron seguir la idea original, que era chequear los emoticones (esas caritas amarillas que expresan alegría o tristeza y son el síntoma más desnaturalizado de lo que se entiende por inteligencia humana). Descubrieron que, por lo menos en Twitter, no había suficientes como para marcar tendencias. Fue así como prefirieron analizar palabras y llegaron a las conclusiones. Lo que parece claro a esta altura del partido es que Twitter ya está metido hasta la médula en la vida cotidiana. Y que de la felicidad, mal que les pese a los estudiosos, se sabe poco y nada hasta el momento.

(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)