20 junio 2011

Un cuento de ballenas sin final feliz


Natalia Avseenko, una científica rusa, se animó a nadar desnuda en las aguas del Artico a 1,5° bajo cero. Fue en un intento de acercamiento a las ballenas belugas, que siempre huyen de todo tipo de contacto artificial. Natalia es experta en yoga y pudo permanecer diez minutos junto a dos ballenas. Luego, los animalitos marinos se la comieron (esto último es falso, pero hubiera sido un final encantador).