06 octubre 2010

Disparates en 3D


Por Humberto Acciarressi

Conozco gente que por no usar anteojos no ve un elefante a medio metro y que siempre que pasa cerca de su perro, éste se corre para que no lo pisen por millonésima vez. Otros leen una página de la Biblia a tres cuadras, pero no alcanzan a ver si tienen en la mano el National Geographic o Paparazzi, porque no distinguen a Amalia Granata del río Amazonas. A pesar de esto, vaya a saber uno por qué prejuicio, no quieren usar anteojos. Y eso que ya son casi un símbolo de glamour. El asunto es que el mundo está lleno de chicatos. Y sin embargo, esos mismos son capaces de matar al sobrino para robarle los anteojos para ver 3D e ir al cine a disfrutar Toy Story 3. No importa que le de propina a otro espectador o se retire del cine rodando por la escalera, ya que durante la película verá en tres dimensiones.

Ahora, los japoneses -que piensan en todo-, le encontraron la vuelta al asunto y los cuasi ciegos ya no entrarán en contradicciones. Porque en breve se venderá un televisor de tres dimensiones que no requiere anteojos especiales. Eso sí, tiene entre 12 y 20 pulgadas, hay que verlo a menos de un metro, y es más caro que pasarse un mes en una isla de la Polinesia. Tres cosas fundamentales que lo convierten en un disparate. Y si tuvieras la plata para comprarlo -que es mucha-, para mirar TV en 3D desde un sillón a dos metros de distancia, necesitarás largavistas. Si no solucionan esos problemas, una pantalla para masoquistas. Ni más ni menos.

(Publicado en la "Columna del editor" de La Razón, de Buenos Aires)