28 mayo 2010

Inventos: una encuesta de Time


Por Humberto Acciarressi

Time acaba de publicar la lista de las 50 peores invenciones de la humanidad, con algunas bizarradas ilustres. Unas muy serias, como el agente naranja; otras frívolas y escandalosamente estúpidas, como el "Clippy" de Microsoft. Pero miremos en casa. Y no los clásicos inventos argentos de utilidad mundial, como la transfusión sanguínea, el bypass coronario, la jeringa descartable, el colectivo, el bolígrafo, el dulce de leche, el helicóptero, el sifón de soda, el bastón para ciegos, el sistema dactiloscópico, los dibujos animados, el sistema de navegación nocturna para aviones, las estaciones de radio, la salsa golf, etc.

Lo bizarro también tiene patente argentina. El dogo es un invento local. Esa máquina de matar es el equivalente canino a otro siniestro aparatejo salido de la mente de un compatriota: la picana eléctrica. Y consideremos un invento de gran trayectoria, el cine porno, gracias a la película El Satario, de 1908. A veces se exagera: la leyenda urbana dice que aquí se inventó una pastilla para que no se mareen los caballos de calesita. Y hace poco fue patentado un DIU anticonceptivo para vacas.

Pero no olvidarse de Roberto Arlt, que en los ratos ganados a la literatura se dedicaba a los inventos insólitos e inútiles, como las medias de caucho. La Argentina es uno de los países donde más se patenta. Aunque haya que contabilizar a Alberto Nespal, que registró 72 maneras de apoyar la cabeza en las manos. Aunque usted no lo crea.

(Publicado en la "Columna del editor" de La Razón, de Buenos Aires)