18 diciembre 2009

El encanto del recital en vivo


Por Humberto Acciarressi

En estos meses que corren, Buenos Aires se convierte en una de las mecas de los recitales masivos en estadios como River y Vélez, o las presentaciones en teatros, bares famosos por su convocatoria, y naturalmente el Luna Park o el Club Ciudad. Charly, Spinetta, Calamaro o Cerati, hasta AC/ DC, Depeche Mode, The Killers, las presencias masivas en los shows del Indio Solari y de casi todos los grupos argentos en festivales como el Pepsi Music, etc, etc, hasta la llegada en breve de Coldplay, Metallica, y casi confirmados los Guns, hay para cualquier gusto y precio. En fin, todos felices comiendo perdices, menos la ya famosa Vecina que provocó la casi suspensión de varios shows.

Lo cierto es que en medio de una crisis de la industria discográfica (lo que la obliga a cambiar de formatos o maneras alternativas de vender) el encanto de los recitales en vivo (la cantidad de gente no altera lo que queremos apuntar) permanece firme en Buenos Aires. Platea o campo, rock barrial o bandas tributo, la aristocracia del pop o la profundidad del mejor rock del país, reggae o post-punk, supergrupos internacionales o cantantes que vienen a alimentar su ego con uno de los mejores públicos del mundo, generan pogos o palmas -según el público- en un ritual colectivo que no tiene parangón. Es cierto que hay músicos y otros bobos que critican ese folclore del público argento. Doble contra sencillo que, como Faustos con guitarra, cambiarían su alma por una noche en el escenario de River, con miles en el campo, meta pogo y lo que pinte.

(Publicado en la "Columna del editor" de La Razón, de Buenos Aires)

Imagen satelital del estadio Monumental de River Plate, en una captura del Google Maps. Se pueden ver los preparativos de un recital.