07 abril 2009

Esos perros no ladran, esos perros lloran

Este blog, lo saben sus lectores, es un defensor a ultranza del bizarrismo del mundo, ya que soy de los que creen que en caso contrario, este planeta de infortunios sería muy aburrido. El paisaje humano, en todas sus vertientes, es más sabroso que esas postales reiteradas de lindas montañas, playas de catálogo turístico, y ni que hablar de esos "mundos marinos" en los que unos delfines patéticos le conceden gestos de cariño a gente más patética que ellos. Hace un par de meses encontré (y subí al blog) varios modelos de disfraces para perros. Ahora, en el mismo sentido y en esas recorridas por las galerías de la web, hallé un complemento de aquel post: las pelucas para canes. Cada una de ellas cuesta un promedio de 30 dòlares, ya se comercializan en seis países y las primeras que se fabricaron estuvieron inspiradas en personalidades como Paris Hilton y la modelo Betty Page. ¡Y después se quejan si el pichicho los muerde!.